Publicado: 02/10/2020

 
 

Es bien sabido que los niños son como esponjas, absorben con gran facilidad lo que ven en su entorno y que es en la infancia donde se empiezan a cultivar las formas de pensamientos que determinarán en gran medida el relacionamiento de las personas con su ambiente, es por ello que se recomienda empezar a inculcar los buenos hábitos financieros desde el mismo momento en que el niño comprende que toda acción tiene una consecuencia. No se necesita de métodos avanzados para lograrlo, pequeños pasos como premiar el uso responsable de la mesada, o el dinero de las onces, son suficientes para inculcar que la prosperidad financiera no es un asunto de suerte, sino de buenas decisiones.

Para este fin, algunas barreras se presentan desde el núcleo familiar, pues las inhibiciones de conversaciones que involucran a cada uno de los integrantes de la misma, repercuten en las futuras actuaciones irresponsables y no inteligentes de los más pequeños. Ésta se presenta comúnmente al pensar que para hablar del dinero en casa sólo concierne a los padres por lo que esto desencadena una serie de inseguridades propias acerca de los conocimientos en este tema. Este tipo de pensamientos traen como consecuencia que los niños fundamenten sus primeras nociones de finanzas en creencias populares, tales como que “los ricos son afortunados” o “los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres”. Si un niño cree que la riqueza es resultado de la suerte y no del trabaja duro y la toma de decisiones inteligentes, ¿cuál será su motivación para empezar a manejar el dinero responsablemente?.

La educación financiera debe ser inculcada desde el hogar, así como uno de los primeros conocimientos básicos sobre ética y moral, de tal manera que se asegure su consecución y seguimiento en los posteriores años en la vida escolar, pues tal y como es planteado por varios organismos internacionales como la OCDE han recomendado enseñar Educación Financiera en los colegios como parte del currículo, tomando en consideración el tiempo que requiere generar hábitos responsables y duraderos en las personas. Esta recomendación fue reforzada por la crisis económica de 2008, ya que entre sus causas se encuentra la falta de conocimiento y criterio de los consumidores financieros a la hora de evaluar los riesgos y beneficios a los que se someten a la hora de entablar relaciones con el sistema financiero.

Fuente: BI Capital Manager.

Escrito por: Laura Alejandra Morales López
Tecnóloga Industrial - UTP
Tecnóloga Agroindustrial - UCP
Equipo: BI Capital Manager

 
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